El nuevo coordinador de mantenimiento de un complejo de departamentos de Dallas ha recibido elogios de inquilinos y colegas por su buen trabajo y su ayuda hasta altas horas de la noche. Antes, las ocho personas que gestionaban los 814 departamentos y casas del edificio estaban sobrecargadas de trabajo y hacían más horas de las deseadas.
Además de trabajar horas extras, el nuevo miembro del personal del complejo, The District at Cypress Water, está disponible las 24 horas al día y los siete días a la semana, para programar las solicitudes de reparación, y no se toma tiempo libre.
Esto se debe a que el coordinador de mantenimiento es un bot de inteligencia artificial que el administrador de la propiedad, Jason Busboom, empezó a utilizar el año pasado. El bot, que envía mensajes de texto con el nombre de Matt, atiende las solicitudes y gestiona las citas.
El equipo también cuenta con Lisa, un bot de alquileres que responde a las preguntas de posibles inquilinos, y Hunter, un bot que recuerda a la gente que debe pagar el alquiler. Busboom eligió las personalidades que quería para cada asistente de IA: Lisa es profesional e informativa; Matt es amable y servicial; y Hunter es estricto, pues debe sonar con autoridad cuando le recuerda a los inquilinos que paguen el alquiler.
La tecnología ha liberado un tiempo valioso para el personal humano de Busboom y ha hecho a todos mucho más felices en sus labores, afirmó. Antes, “cuando alguien tomaba vacaciones, era muy estresante”, añadió.
Los chatbots -así como otras herramientas de IA que pueden hacer un seguimiento del uso de las zonas comunes, controlar el consumo de energía, ayudar en la gestión de la construcción y realizar otras tareas- son cada vez más habituales en la gestión inmobiliaria. El dinero y el tiempo que ahorran las nuevas tecnologías podrían generar US$110.000 millones o más en valor para el sector inmobiliario, según un informe publicado en 2023 por McKinsey Global Institute. Sin embargo, los avances de la IA y su impulso a la conciencia pública también han suscitado dudas sobre si se debe informar a los inquilinos cuando interactúan con un bot de IA.
Ray Weng, programador de software, se enteró de que estaba tratando con agentes de alquiler de IA mientras buscaba un departamento en Nueva York el año pasado, cuando los agentes de dos edificios utilizaron el mismo nombre y dieron las mismas respuestas a sus preguntas. “Prefiero tratar con una persona”, afirmó. “Firmar un contrato de alquiler es un gran compromiso”.
Algunas de las visitas a departamentos que hizo eran autoguiadas, afirmó Weng, “y si todo está automatizado, pareciera que no les importara lo suficiente como para que una persona real hable conmigo”.
EliseAI, una empresa de software con sede en Nueva York cuyos asistentes virtuales son utilizados por propietarios de casi 2,5 millones de departamentos en todo Estados Unidos, incluidos algunos operados por la empresa de gestión inmobiliaria Greystar, se centra en hacer que sus asistentes sean lo más parecidos posible a los humanos, explicó Minna Song, directora ejecutiva de EliseAI. Además de estar disponibles a través de chat, texto y correo electrónico, los bots pueden interactuar con los inquilinos mediante la voz y pueden tener diferentes acentos.
Los asistentes virtuales que ayudan con las solicitudes de mantenimiento pueden hacer preguntas de seguimiento, como verificar qué canilla hay que arreglar en caso de que un inquilino no esté disponible cuando se está haciendo la reparación, dijo Song, y algunos están empezando a ayudar a los inquilinos cuando solucionan problemas de mantenimiento por su cuenta. Los inquilinos con un inodoro que gotea, por ejemplo, pueden recibir un mensaje con un video que les muestra dónde está la llave de cierre del agua y cómo accionarla mientras esperan a un plomero.
La tecnología es tan buena para mantener una conversación y hacer preguntas de seguimiento que los inquilinos a menudo confunden al asistente de IA con un humano. “La gente viene a la oficina de alquiler y pregunta por Elise”, relató Song, y añadió que los inquilinos han enviado mensajes de texto al chatbot para irse a tomar un café, han dicho a los gerentes que Elise merecía un aumento de sueldo e incluso han dejado tarjetas de regalo para el chatbot.
No informar a los clientes que han interactuado con un bot es arriesgado. Duri Long, profesora adjunta de estudios de comunicación en la Universidad del Noroeste, afirma que podría hacer que algunas personas perdieran la confianza en la empresa que utiliza la tecnología.
Alex John London, profesor de ética y tecnologías informáticas en la Universidad Carnegie Mellon, afirmó que la gente podría considerar el engaño como una falta de respeto.
“En general, es mejor que el robot anuncie desde el principio que es un asistente informático”, comentó London.
Marshal Davis, que dirige una inmobiliaria y una consultora de tecnología inmobiliaria, supervisa el sistema de IA que creó para ayudar a sus dos oficinistas a responder entre 30 y 50 llamadas diarias que reciben en un complejo de 160 departamentos de Houston. El chatbot responde bien preguntas sencillas, como las de procedimientos de pago del alquiler o detalles sobre los departamentos disponibles, explicó Davis. Pero en cuestiones más complicadas, el sistema puede “responder como cree que debe hacerlo y no necesariamente como tú quieres”.
Davis graba la mayoría de las llamadas, las pasa por otra herramienta de IA para resumirlas y luego escucha las que parecen problemáticas: como “cuando la IA dice: ‘El cliente expresó su frustración’”, especificó, para entender cómo mejorar el sistema.
A algunos inquilinos no los convence del todo. Jillian Pendergast interactuó con bots el año pasado mientras buscaba un departamento en San Diego. “Están bien para reservar citas”, dijo, pero tratar con asistentes de IA en lugar de humanos puede resultar frustrante cuando empiezan a repetir respuestas.“Veo su potencial, pero creo que aún están en la fase de prueba y error”, concluyó Pendergast.
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