Busca retomar la iniciativa con el envío de proyectos clave , pero en la Cámara baja nadie logra juntar los platos rotos de la última sesión fallida
Con el envío a la Cámara de Diputados del proyecto de ley que buscará convertir “a los planes sociales en trabajo genunino”, el Gobierno redobla la apuesta para llevar al Congreso una serie de iniciativas presentadas por el presidente Alberto Fernández después de las primarias del 12 de septiembre.
Cada proyecto apunta a generar cambios estructurales, pero el camino que les espera en la Cámara baja no parece fácil porque su agenda de trabajo sigue signada por los desacuerdos entre oficialismo y oposición para volver a sesionar, junto a las demoras para comenzar a debatir el presupuesto 2022. Fue presentado el 15 de septiembre, tres días después de la derrota del oficialismo en las primarias y su tratamiento definirá los tiempos parlamentarios para los últimos tres meses del año.
El proyecto que impulsará la transformación de distintos programas sociales para que sean la base de puestos de trabajo registrados fue anunciado por el titular de la Cámara baja, Sergio Massa.
Sergio Massa impulsa proyecto para transformar programas sociales en trabajo genuino
El proyecto
Se trata de una iniciativa que Fernández plantea desde que asumió y que Massa mencionó por primera vez en julio, cuando acuñó la frase: “El plan social es la emergencia, lo permanente y digno es el trabajo. Tenemos que hacerlo por ley, para obligar al Estado a recorrer ese camino“.
Por entonces ya había comenzado la elaboración de una iniciativa que finalmente llegará al Congreso a cinco semanas de las generales del 14 de noviembre. La propuesta se suma a dos presentaciones recientes: el proyecto de ley de fomento al desarrollo agroindustrial y el nuevo régimen para la industria hidrocarburífera.
La propuesta que buscará canalizar el debate sobre la generación de empleo también implica un giro en el tono de la campaña del Frente de Todos en materia de política laboral.
Un mes antes de las PASO hubo dos voces que buscaron instalar la reducción de la jornada laboral de ocho a seis horas. Tanto el entonces precandidato Sergio Palazzo, de la Asociación Bancaria, como el diputado Hugo Yasky, de la CTA, plantearon esa iniciativa. La respuesta del Gobierno corrió por cuenta del ministro de Trabajo, Claudio Moroni. “Es un proyecto que no se puede aplaudir ni descartar, pero no vemos que la reducción de la jornada aumente el empleo, lo que hace es aumentar las horas suplementarias”, dijo el funcionario a fines de agosto, tres semanas antes de las primarias.
Luego del revés electoral los proyectos redactados en ese sentido pasaron a un claro segundo plano. Ni la propuesta que lleva la firma de Yasky ni la que presentó Claudia Ormachea, de La Bancaria, avanzaron en el trámite legislativo. La proridad ahora la tendrá el proyecto que propondrá convertir los planes de empleo en trabajo registrado, aunque en el bloque oficialista no tienen precisiones sobre los tiempos de tratamiento.
El horizonte inmediato en Diputados sigue empañado por la fallida sesión del martes pasado, donde el Frente de Todos no obtuvo el quórum necesario para tratar la ley de etiquetado de alimentos, la creación de un régimen federal de protección a personas en situación de calle, la reforma del estatuto para los trabajadores y trabajadoras contratistas de viñas y del régimen previsional para ese sector.
La cámara de Diputados tratará de volver a debatir de manera presencial antes de las elecciones
Costos compartidos
La escena implicó costos compartidos para las dos principales fuerzas del recinto: el oficialismo quedó expuesto porque por primera vez en dos años no pudo sesionar por falta de votos propios y ajenos, mientras que JxC afrontó la desobediencia de Claudia Najul y Federico Zamarbide, dos diputados mendocinos de la UCR que se negaron a dejar sin quórum la sesión por la ley vitivinícola y porque el senado provincial le había pedido a los legisladores de todas las fuerzas que apoyaran el temario previsto por su importancia para la provincia.
A ellos se sumó el mandatario mendocino Rodolfo Suárez, mientras que el senador y exgobernador Julio Cobos le pidió a su correligionario Mario Negri, que preside el interbloque de JxC en Diputados, que no dejara la sesión sin quórum. Dentro del espacio ganó la decisión de no bajar al recinto ante la decisión del oficialismo de definir el temario sin consultarles.
Ni el el FdT ni la oposición han terminado de juntar los restos de la última sesión fallida. Al filo de este fin de semana no había certezas de una posible sesión para la que viene. La base de partida, dicen en el oficialismo, serán los cuatro proyectos que no llegaron a ser tratados, pero en JxC insisten con sumar otros proyectos.
Si esa encrucijada en Diputados no encuentra un desenlace positivo en los próximos diez días, las posibilidades de sesionar antes de las elecciones comenzarán a diluirse, con una agenda de trabajo legislativo que deberá concentrarse en el trámite del presupuesto 2020.
En ese laberinto el oficialismo tendrá que demostrar su voluntad para que los proyectos anunciados se transformen en medidas concretas. Por lo pronto, el objetivo inmediato comenzará a cumplirse desde la semana próxima cuando todo el arco político opine sobre una iniciativa que el gobierno puso en juego para marcar la agenda electoral.
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