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El proyecto para REDUCIR la jornada laboral suma adeptos: quiénes

Cada vez más funcionarios y legisladores se manifiestan a favor de estas iniciativas. Algunos empresarios también, pero con una gran diferencia

La idea de discutir y, eventualmente, avanzar con la reducción de la jornada laboral en la Argentina gana cada vez más adeptos en los ámbitos sindicales y políticos del país.

Ahora se sumó Cecilia Todesca Bocco, actual vicejefa de Gabinete de Ministros de la Nación, quien señaló que “es un debate válido que no sólo se da en la Argentina sino en varios lugares del mundo. Los mercados de trabajo han ido cambiado en las últimas décadas”.

En declaraciones con Radio 10 señaló que “en Argentina tenemos un mercado de trabajo dual: hay un conjunto de trabajadores en relación de dependencia y otros que no tienen derechos y se manejan en la informalidad. Me parece interesante estudiarlo a fondo”.

La semana pasada, Sergio Palazzo, secretario general de La Bancaria y candidato diputado nacional por la provincia de Buenos Aires en la lista del Frente de Todos, planteó la necesidad de discutir un proyecto que reduzca la jornada laboral a seis horas sin disminución del salario.

Actualmente existen dos proyectos de ley que se encuentran en el Congreso que se encuentran en estado parlamentario. Ambos proyectos son impulsados por el oficialismo. El primer proyecto es de Claudia Ormaechea, diputada del Frente de Todos y dirigente de la Asociación Bancaria que propone una jornada laboral de un máximo de seis horas por día y un tope de 36 horas semanales.

El segundo proyecto fue presentado por Hugo Yasky, diputado sindical del Frente de Todos, quien destacó que Argentina es uno de los países con mayor jornada laboral alcanzando las 48 horas semanales y pretende reducirla a 40.

Ambas iniciativas contemplan la disminución de las horas de trabajo que debe cumplir cada trabajador sin afectar el salario que percibe.

Hace una semana, el ministro de Trabajo, Claudio Moroni, avaló esta posibilidad. “Como tenemos una capacidad limitada de generación de empleo, uno de los modos de permitir mayor inclusión es la reducción de la jornada”, aseguró. Puso como ejemplo lo definido en Córdoba, donde tras el cierre de una gran tienda, los trabajadores de los otros supermercados dejaron de hacer horas extras y así pudieron incorporarse los despedidos. Sin embargo, aclaró que Argentina tiene “situaciones heterogéneas”, por lo que habrá que analizarlo por sectores.

Entre los empresarios, algunos comenzaron a mostrarse a favor de la discusión de la reducción de la jornada laboral, pero con una diferencia fundamental: que se permita la disminución proporcional del salario.

En ese sentido, una de las voces más fuertes en cuestionar la propuesta fue el presidente de la Unión Industrial Argentina (UIA), Daniel Funes de Rioja, quien consideró que el intento del Frente de Todos de avanzar en la discusión de una ley para reducir la jornada laboral sin afectar los salarios de los trabajadores “es prioritariamente materia de los convenios colectivos“.

“La cuestión de tres turnos de 8 horas en trabajo continuo o 4 turnos de 6 horas tiene que ver con la organización de la producción y del trabajo y ésta es una facultad empresarial según la propia Ley de Contrato de Trabajo que se ajusta o adecua – en todo caso – en los contratos individuales o colectivos”, agregó.

Los empresarios avalarían la discusión y se permite la reducción proporcional del salario

Qué establecen los proyectos

Como se mencionó más arriba, en la actualidad, hay dos proyectos de ley sobre reducción de la jornada laboral, que cuentan con estado parlamentario. Ambos llevan la firma de diputados de extracción sindical. En ambos casos se propone reducir la jornada laboral legal que hoy está en las 48 horas semanales y por arriba de otros países de la región como Chile, Brasil, República Dominicana, El Salvador, Guatemala, Honduras y Ecuador.

El otro de Hugo Yasky, diputado nacional, titular de la CTA de los Trabajadores y referente del Grupo 25 de Mayo, y cuya iniciativa se viralizó en las últimas horas en las redes sociales.

“El proyecto tiene que ver con cuidar no sólo los derechos de los trabajadores, sino también los puestos de trabajo”, le dijo Claudia Ormaechea, quien además de diputada nacional es secretaria de Derechos Humanos, Género e Igualdad de la Bancaria, a iProfesional.

Y agregó: “El avance de la tecnología es muy rápido y modifica las formas del trabajo, no puede ser que esté nada más que al servicio de las empresas y los empresarios. Son producto del trabajo de la gente y tienen que volverse en beneficio de los trabajadores”.

La iniciativa de Ormaechea propone reducir la jornada a “seis horas diarias o treinta y seis semanales” en el ámbito público y privado.

“Argentina es uno de los países del mundo que tiene de las jornadas laborales más extensas. La productividad no está íntimamente relacionada con la extensión de la jornada de trabajo. Debemos readecuar las relaciones laborales de manera que esto se vuelva un beneficio para todos, pero sobre todo para cuidar la salud, la vida, la dignidad y los puestos de trabajo”, remarcó la diputada.

En tanto, el proyecto de Yasky es algo menos ambicioso. Propone que “la duración del trabajo no podrá exceder de ocho horas diarias o cuarenta horas semanales para toda persona ocupada por cuenta ajena en explotaciones públicas o privadas, aunque no persigan fines de lucro”.

Otra de las impulsoras de la discusión es la legisladora del Frente de Todos Fernanda Vallejos, ya sea en cuanto a la reducción de la semana laboral a cuatro días o menores horas dedicadas al empleo en el país.

“¿Cómo puede ser que a esta altura de los avances técnicos y tecnológicos que ha acumulado nuestra sociedad, tengamos estos niveles cada vez más altos de desocupación?”, planteó la legisladora.

Luego se preguntó: “¿Cómo puede ser que vivamos vidas tan inhóspitas, donde los hombres y las mujeres que tienen la suerte de tener un trabajo, de pronto trabajen, en el mejor de los casos 8, 10, 12 y hasta 14 horas?”, para luego advertir que esto implica “jornadas laborales interminables por sueldos miserables o al menos insuficientes para calzar la felicidad a la que todo hombre y mujer a esta altura de la humanidad debería tener derecho a aspirar”.

Quien también se mostró a favor de discutir la rebaja de la jornada laboral fue la ministra de Trabajo de la Provincia de Buenos Aires, Mara Ruíz Malec, quien consideró “factible” este debate, dado que en Argentina “se trabaja muchas horas y, generalmente, eso no redunda en productividad”.

Sobre este punto, la funcionaria bonaerense explicó que “nuestro país tiene uno de los regímenes laborales más extensos del mundo”, y que “se trabaja muchas horas”, pero que eso “no siempre redunda en la productividad”.

“Estamos frente a la posibilidad de debatir un tipo de reducción de la jornada laboral que sea beneficiosa para la productividad y otros aspectos de la vida”, indicó.

En la actualidad, la duración del trabajo en Argentina es una de las más altas en el continente. Según la Ley 11.544, el trabajo “no podrá exceder de ocho horas diarias o cuarenta y ocho horas semanales para toda persona ocupada por cuenta ajena en explotaciones públicas o privadas”.

Así, Vallejos abogó por “distribuir las horas de trabajo necesarias para sostener la producción que requiere nuestra sociedad, sustentar la reproducción biológica y material y satisfacer las necesidades que como comunidad tenemos entre los millones de desocupados”.

Para los sindicalistas, una reducción de la jornada laboral permitirá más empleos y mejorar la productividad

La experiencia de otros países

Argentina mira a otros países que han avanzado en la reducción de la semana o las horas diarias dedicadas al trabajo. Por caso, el gobierno español lanzó a principios de año una prueba piloto para establecer la semana laboral de cuatro.

Allí, según indica un informe sobre flexibilidad y competitividad empresarial realizado por Adecco y Cuatrecasas, solo el 14 por ciento de las empresas españolas ven viable la posibilidad de reducir la jornada laboral a 4 días y los sueldos serían más bajos.

Islandia: realizó dos ensayos (entre 2015 y 2019) que comprobaron que llevar a 35 y 36 horas semanales la jornada laboral, sin reducción de sueldo, mantuvo o mejoró la productividad al igual que la salud.

Colombia: avanza en la reducción de la jornada laboral actual de 48 horas semanales, a 42. La iniciativa plantea que la reducción sea gradual, es decir, cada año se bajarán 2 horas de la jornada actual, desde 2023 y hasta 2026, hasta llegar a las 42 que prevé la ley.

Chile: a fines de junio la Cámara de Diputadas y Diputados declaró admisible el proyecto de ley que busca reducir la jornada laboral a cuatro días y extender los días de descanso a tres.



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