Argentina es uno de los países de la región con mayor carga horaria laboral: 48 horas semanales. Ahora hay dos iniciativas para bajar la cantidad de horas
En la actualidad, hay dos proyectos de ley sobre reducción de la jornada laboral, que cuentan con estado parlamentario. Ambos llevan la firma de diputados de extracción sindical. Uno es de Claudia Ormaechea, diputada nacional y secretaria de Derechos Humanos, Género e Igualdad de la Bancaria.
El otro de Hugo Yasky, diputado nacional, titular de la CTA de los Trabajadores y referente del Grupo 25 de Mayo, al igual que Vallejos.
En ambos casos se propone reducir la jornada laboral legal que hoy está en las 48 horas semanales y por arriba de otros países de la región como Chile, Brasil, República Dominicana, El Salvador, Guatemala, Honduras y Ecuador.
“El proyecto tiene que ver con cuidar no sólo los derechos de los trabajadores, sino también los puestos de trabajo“, le dijo Ormaechea a iProfesional.
Y agregó: “El avance de la tecnología es muy rápido y modifica las formas del trabajo, no puede ser que esté nada más que al servicio de las empresas y los empresarios. Son producto del trabajo de la gente y tienen que volverse en beneficio de los trabajadores”.
La iniciativa de Ormaechea propone reducir la jornada a “seis horas diarias o treinta y seis semanales” en el ámbito público y privado.
“Argentina es uno de los países del mundo que tiene de las jornadas laborales más extensas. La productividad no está íntimamente relacionada con la extensión de la jornada de trabajo. Debemos readecuar las relaciones laborales de manera que esto se vuelva un beneficio para todos, pero sobre todo para cuidar la salud, la vida, la dignidad y los puestos de trabajo”, remarcó la diputada.
En la actualidad, hay dos proyectos de ley sobre reducción de la jornada laboral, que cuentan con estado parlamentario
“Partimos de la premisa que el derecho del trabajo no crea trabajo, pero el derecho del trabajo con la modulación de la jornada permite su redistribución. La reducción de jornadas sin reducción de salarios, manteniendo los niveles salariales porque ya los salarios en la Argentina perdieron, en el período 2016/2019 según las mediciones INDEC o el INDEC de la Cámara de Diputados, entre un 26,4 y un 31,4% del poder adquisitivo”, señala la iniciativa entre sus argumentos.
En tanto, el proyecto de Yasky es algo menos ambicioso. Propone que “la duración del trabajo no podrá exceder de ocho horas diarias o cuarenta horas semanales para toda persona ocupada por cuenta ajena en explotaciones públicas o privadas, aunque no persigan fines de lucro”.
Quien también se mostró a favor de discutir la rebaja de la jornada laboral fue la ministra de Trabajo de la Provincia de Buenos Aires, Mara Ruíz Malec, quien consideró “factible” este debate, dado que en Argentina “se trabaja muchas horas y, generalmente, eso no redunda en productividad”.
Sobre este punto, la funcionaria bonaerense explicó que “nuestro país tiene uno de los regímenes laborales más extensos del mundo“, y que “se trabaja muchas horas”, pero que eso “no siempre redunda en la productividad”.
“Estamos frente a la posibilidad de debatir un tipo de reducción de la jornada laboral que sea beneficiosa para la productividad y otros aspectos de la vida”, indicó.
Una de sus principales impulsoras de la discusión es la legisladora del Frente de Todos Fernanda Vallejos, ya sea en cuanto a la reducción de la semana laboral a cuatro días o menores horas dedicadas al empleo en el país.
“¿Cómo puede ser que a esta altura de los avances técnicos y tecnológicos que ha acumulado nuestra sociedad, tengamos estos niveles cada vez más altos de desocupación?”, planteó la legisladora.
Luego se preguntó: “¿Cómo puede ser que vivamos vidas tan inhóspitas, donde los hombres y las mujeres que tienen la suerte de tener un trabajo, de pronto trabajen, en el mejor de los casos 8, 10, 12 y hasta 14 horas?”, para luego advertir que esto implica “jornadas laborales interminables por sueldos miserables o al menos insuficientes para calzar la felicidad a la que todo hombre y mujer a esta altura de la humanidad debería tener derecho a aspirar”.
En la actualidad, la duración del trabajo en Argentina es una de las más altas en el continente. Según la Ley 11.544, el trabajo “no podrá exceder de ocho horas diarias o cuarenta y ocho horas semanales para toda persona ocupada por cuenta ajena en explotaciones públicas o privadas”.
Así, Vallejos abogó por “distribuir las horas de trabajo necesarias para sostener la producción que requiere nuestra sociedad, sustentar la reproducción biológica y material y satisfacer las necesidades que como comunidad tenemos entre los millones de desocupados”.
De acuerdo a los proyectos, la reducción de la jornada laboral incidirá en una mayor productividad
Países que lo implementaron
Argentina mira a otros países que han avanzado en la reducción de la semana o las horas diarias dedicadas al trabajo. Por caso, el gobierno español lanzó a principios de año una prueba piloto para establecer la semana laboral de cuatro.
Allí, según indica un informe sobre flexibilidad y competitividad empresarial realizado por Adecco y Cuatrecasas, solo el 14 por ciento de las empresas españolas ven viable la posibilidad de reducir la jornada laboral a 4 días y los sueldos serían más bajos.
Por otro lado, en Islandia dos ensayos realizados entre 2015 y 2019 comprobaron que llevar a 35 y 36 horas semanales la jornada laboral, sin reducción de sueldo, mantuvo o mejoró la productividad al igual que la salud.
En la región, Colombia avanza en la reducción de la jornada laboral actual de 48 horas semanales, a 42. La iniciativa plantea que la reducción sea gradual, es decir, cada año se bajarán 2 horas de la jornada actual, desde 2023 y hasta 2026, hasta llegar a las 42 que prevé la ley.
En tanto, en Chile a fines de junio la Cámara de Diputadas y Diputados declaró admisible el proyecto de ley que busca reducir la jornada laboral a cuatro días y extender los días de descanso a tres.